
Neymar regaló una ilusión a todo su país al anotar dos
goles claves en la remontada (3-1) ante Croacia en el debut mundialista
del equipo de ‘Felipao’. Oscar anotó el otro tanto. Marcelo marcó en
contra.
Michel Dancourt
@mdancourt9
@mdancourt9
São Paulo
El fútbol lo puede todo. Hace que una nación olvide sus enormes
diferencias sociales cuando la pelota se echa a rodar. Brasil, ese
gigante sudamericano que a veces parece caminar con la estabilidad de
alguien que avanza sobre una pista de hielo y encima lo intenta hacer en
zancos, le muestra al mundo una imagen contradictoria: por un lado el
país ayer se despertó vestido de amarillo. Hasta la robusta conductora
del metro lució esa camiseta histórica que sabe de cinco títulos
mundiales y de grandes logros a todo nivel con jugadores que han marcado
la época desde Garrincha, Pelé, Zico, Romario y Ronaldo hasta Neymar.
Pero, del otro, estaba la sensación de incertidumbre por el descontento
del hombre de a pie que, piensa que con la gran suma invertida en hacer
esta copa del mundo, a lo mejor podía acceder a mejores condiciones de
salud o educación para él y su familia.
Pero con el balón en movimiento, ya no hay espacio para demasiadas
preguntas. La pasión a veces despeja las dudas. Y Brasil es un pueblo
que sueña, come y respira fútbol. Y en el “Día del amor” aquí, tenía que
aparecer un chico romántico, alegre, desenfadado. Que baila con los
cantantes de moda, pero tiene la misma gracia para moverse en el verde y
burlar rivales. Marcelo, ante un equipo croata que juega y corre, se
volvió antihéroe venciendo a su compañero Julio César para silenciar la
fiesta de los brasileños.
Entonces Neymar demostró que en su patria no está para aparecer solo
en los afiches de celulares ni para que los más jóvenes le copien su
forma de cortarse el pelo. En Barcelona aún no despega, pero en el
‘Scratch’ es la versión en HD que todos reconocen. Es la estrella que
debe guiar el camino.
En medio del túnel siempre aparece la luz de los talentosos. La
maraña de piernas, el pressing asfixiante, pero Oscar sale con calidad
de la marca pegajosa y entonces la corrida trepidante de Neymar que,
como si estuviera jugando en la playa con sus amigos en Ipanema, la
mandó a guardar con un remate a rastrón, un poco mordido pero efectivo.
Pletikosa se estiró al máximo para hacer más espectacular el 1-1.
Entonces en el banco de suplentes estalló Felipao, también la
presidenta Dilma Rousseff desde el palco oficial. Pero un empate no es
para celebrar, menos cuando eres Brasil y estás obligado a ganar. A que
esa Copa no se escape de tus manos, a que la tengas al alcance. Y la
primera impresión muchas veces es la que te dicta el camino a seguir.
Después, otra vez el chico de andar desgarbado, sonrisa fácil y
peinados raros frotó la lámpara para ser efectivo en un penal cobrado
contra Fred que dejó algunas dudas. El árbitro Yuichi Nishimura vio que
Lovren tomó al jugador de Fluminense. Nosotros vimos a Thiago Silva, en
el momento de la pena máxima, mirar hacia su propio arco y no seguir la
acción. Parece que el suspenso le hace daño. Recién volteó a celebrar al
enterarse del gol por la euforia de la gente.
Oscar, a lo Romario, casi con desdén, le sacó petróleo a una piedra.
Vino la contra tras la salvada de Julio César –no fue la única y está
claro que hubo diferencia en los que custodiaron los tres palos en cada
uno– para sellar la primera victoria del ‘Scratch’.
Pero volvamos a ese suspenso que invadió a Thiago Silva y puede
contagiar a todo Brasil, un país que sueña, come y respira fútbol.
Todos, también los que protestaron en las calles, desean disfrutar del
sexto título, conseguir el “hexa”. Pero entonces la pregunta cae sola…
¿Qué pasará si algún día falta Neymar?...
NEYMAR Y SU DEBUT SOÑADO
En su primera actuación en una Copa del Mundo, Neymar dejó claro que
será uno de los grandes protagonistas de su selección. Después del
partido, confesó que ni en sus sueños pensó que anotaría dos goles. “Fue
mejor de lo que podía imaginar. Esperaba la victoria, pero estrenarme
con dos goles fue una felicidad muy grande”, dijo la estrella del
Barcelona. “Siento una felicidad muy grande. El debut fue mejor de lo
que imaginaba”, remató.
Además, Neymar espera que Brasil mantenga el estilo para los próximos
partidos y mantener la racha positiva. “Tenemos que jugar con
naturalidad y sin pensar demasiado. No hay que usar mucho la cabeza. Si
te preocupas es peor, nos tiene que salir nuestro fútbol”.
También confesó que tuvo suerte en el penal y agradeció la respuesta
de Pletikosa. “Quería tirar a la izquierda, pero fue difícil. Puso las
manos algo frágiles y con suerte fue gol”.
Fuente: http://www.larepublica.pe
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